La gastronomía, entendida como cadena de valor que abarca a todos sus actores, puede convertirse en motor del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Latinoamérica, tal y como detalla, con ejemplos prácticos, un informe del Basque Culinary Center —institución académica y de investigación con sede en San Sebastián, España— y la Secretaría General Iberoamericana.

Esa fue una de las conclusiones del informe La contribución de la gastronomía a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se presentó este lunes en Madrid.

La gastronomía, como generador de empleo, “es un antídoto contra la pobreza y la desigualdad”, dijo el secretario general iberoamericano, Andrés Allamand en la presentación del informe, consignó EFE.

También estuvieron presentes en el acto el director del Basque Culinary Center, Joxe Mari Aizega, y la directora de Cooperación con América Latina y el Caribe de la AECID, Laura Oroz, entre otras autoridades.

El secretario general latinoamericano, que definió a Latinoamérica como un gran productor de alimentos y un depósito de biodiversidad, señaló que existe una conexión “lúcida” entre gastronomía y los ODS.

El estudio, que parte de la situación generada por la pandemia de la covid-19, identifica iniciativas concretas que se desarrollan en países latinoamericanos que contribuyen a la consecución de los 17 ODS, 11 de los cuales están directamente relacionados con la alimentación y otros 6 están conectados con los sistemas alimentarios.

Así, el estudio propone “reconectar con la naturaleza” a través de métodos de producción respetuosos “que pongan en valor los alimentos naturales”, en oposición a la “industrialización” de la alimentación.

“Las técnicas sostenibles deben extenderse y conseguir ser mayoritarias, de manera que los alimentos responsables se encuentren fácilmente y tengan precios asequibles”, explica la investigación.

Frente a la producción a escala mundial, los autores recomiendan una gastronomía “vinculada al territorio, a la cultura local, que defiende el consumo de alimentos frescos de proximidad y de temporada y que rechaza las que conllevan una elevada huella de carbono”.

Apela a la mejora en la eficiencia del uso de las materias primas y a la reducción del desperdicio alimentario y aboga por mejorar las condiciones laborales del sector.

“El potencial de la gastronomía para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible es evidente. El reto es traducirlo a estrategias prácticas. Sin duda se puede llegar a una estrategia de crecimiento económico regional en Latinoamérica —y de impulso a la recuperación en los próximos meses y años— a través de la gastronomía y de la sostenibilidad”, concluye el informe.

El documento repasa uno a uno los 17 ODS y los vincula con iniciativas concretas, como las de la Fundación Rescate de Alimentos de Panamá; el programa Hambre Cero de Brasil; el programa nacional de alimentación escolar PNAE de Honduras; la asociación la Revolución de Perú y el centro de capacitación gastronómica Prosoli de la República Dominicana.

La lucha por la igualdad se persigue en iniciativas como la Fundación Chinyagua de Colombia y el programa de Cocineras Tradicionales de Michoacán, mientras que se citan también otros proyectos como el World Central Kitchen del chef José Andrés, el Ecofogones de Nicaragua, el Sucre sabe Diferente de Colombia y el Kalatanta de Perú, entre otros.

Además de una explicación de las características de cada uno de estos proyectos, el informe identifica qué ODS persigue y cumple.

Las conclusiones servirán como apoyo para la reflexión técnica y académica que se realiza en la Conferencia Iberoamericana para la implementación del Plan Iberoamericano de Gastronomía y Alimentación Sostenible /PIGA 2030, aprobado por los países de la Conferencia Iberoamericana.

EFE