Cuando tenía 12 su hermana hacía un curso de Bartender. Un día lo invitó a su escuela para mostrarle el mundo de la coctelería. Allí conoció a sus referentes e inspiraciones y, también comenzó a estudiar. A los 15, Guillermo Camargo un flair bartender montevideano, hizo su primer trago: un Daikiri Clásico.
Los caminos de la vida lo llevaron a tomar el rumbo por los estudios tradicionales, terminó el bachillerato en arte y expresión y se anotó en la facultad de Psicología. Mientras, también, estudiaba Hotelería y Sala.
Al mes se dio cuenta que eso no era para él. Quería vivir la vida de una manera diferente, viajar y trabajar en eventos distinguidos. Entonces, volvió a aquella pasión, una que tenía guardada, pero que siempre estuvo: la coctelería.
Se anotó en dos cursos profesionales, uno de Bartender y otro de Flair Bartender —disciplina fruto de la combinación de la coctelería y las acrobacias—, obtuvo un diploma, pasó por bares de Montevideo y considera que fue pionero en la "revolución coctelera" de la mayoría de los lugares en los que trabajó.
En este momento, sus tragos, que para él son "obras de arte", pueden probarse en La Bicicleta, un bar en el corazón de Pocitos que abre todos los días de la semana.
¿Cuál es tu trago favorito?
El Sweet Manhattan, un cóctel a base de whiskey canadiense, vermouth rosso, marrasquino; se le puede agregar angostura.
¿Por qué decidiste ser bartender?
Decidí ser bartender porque desde chico había conocido la profesión. Mientras crecí mantuve una pasión guardada, pero me alejé y estudié otras disciplinas artísticas. Cuando terminé el liceo, con el bachillerato arte y expresión, me anoté en la facultad de Pscicolgia al mismo tiempo que estudiaba Hotelería y Sala en Fundación Forge. Después de un mes me di cuenta que no era para mí, quería vivir la vida de otra manera, trabajar en eventos distinguidos y viajar. Con 19 años me anoté al curso de Bartender Profesional y el de Flair Bartender.
Si tuvieras que elegir un solo trago para siempre, ¿cuál elegirías? ¿Por qué?
Elegiría uno sin alcohol, que sea cítrico y refrescante a base de jugo verde, ananá y jengibre un trago que me aporte energía y mayor vitalidad.
¿Cómo te acercaste al rubro de la coctelería?
Cuando tenía 12 mi hermana trabajaba en la Escuela de Coctelería Cocktail Club. Ella me llevó para que viera a los chicos haciendo Flair, sabía que a mi me iba a gustar. Allí conocí a grandes bartenders como Ricardo Subelzu, Adrián Guedes, Sebastián Chocho, Alejandro Mir y Danilo Oribe Flair Bartender, un uruguayo que volvía de viaje y estaba yendo a entrenar a la escuela.
Ellos fueron la influencia para que luego de dos años (a los 14) hiciera el curso de Barman Junior. Luego fui creciendo y me orienté más a terminar los estudios y actividades artísticas. Pero me dí cuenta que no era para mí y volví al camino de la coctelería.
¿Cuál fue el primer trago que hiciste?
El primer trago que hice fue cuando cumplí 15, un Dakiri Frozen de frutilla servido dentro de un melón.
¿Y el primero como profesional?
El Daikiri Clásico fue el primer cóctel que hice cuando obtuve el diplomado de Bartender Profesional.
¿Por qué las personas deberían de probar tus tragos?
Las personas deberían probar mis cócteles simplemente porque son mágicos. Me preocupo mucho por el cliente. Antes de crear algo para una persona creo que es importante saber que suele tomar, me gusta averiguar si es alérgica a algo, si prefiere las bebidas amargas, dulces o cítricas, o si ya comió o está por comer. Al tener en cuenta esos detalles puedo detectar si mi creación será aperitiva, bajativa, o digestiva. Entonces, tomo la coctelera como si fuera un lienzo, el medidor como un pincel y las pócimas que tengo a mi alrededor las uso como un mago para darle color a mi creación, así como también elijo la cristalería como si fuera el marco la pintura. La gente debería probar mis cócteles, no solo porque son atractivos y sabrosos, ¡sino porque son una obra de arte!
¿Qué serías si no estuvieras en el rubro gastronómico?Tal vez hubiera hecho la carrera de actor.
¿Qué experiencias te dejó ser bartender?
Ser bartender me llevó a vivir grandes experiencias, como por ejemplo, estar entre los 10 mejores Bartenders del país en dos competencias internacionales: World Class UY 2017 y Bacardi Legacy 2018. Además de hacerme conocer lugares increíbles y aprender de los mejores profesionales, me ha dado la oportunidad de crear cartas de tragos de autor para diversos bares de Montevideo, siendo el bartender pionero de la revolución coctelera en la mayoría de los establecimientos en los que he trabajado.
También me permitió conocer nuevos lugares sin tener que gastar en comida ni alojamiento. Pero la experiencia más increíble fue conocer a una persona muy especial, Juli, quien llegó un día a la barra de forma casual y terminó siendo una gran compañera de aventuras y aprendizaje que me abrió las puertas de su corazón y me acompaño en este proceso de evolución. Hoy somos grandes colegas y compartimos con mucho cariño esta profesión, ya que ella también pudo encontrar su vocación y se convirtió en una gran bartender.
¿La peor experiencia?
Mi peor experiencia fue trabajar en lugares donde no valoraron mi potencial y los dueños no se preocupaban por la coctelería, invirtiendo muchisimo dinero en la cocina y dejando de lado la barra, sin invertir en herramientas ni en mejoras haciendo que la condiciones del servicio de coctelería sean nefastas y teniendo que sacar prácticamente el trago adentro de un balde.
¿El trago menos gustosos que hiciste?
Fue un aperitivo con mezcla de muchos licores y vodka que presenté en mi primer Certamen Nacional de Coctelería en la categoría amateur.
¿Qué cosas no pueden faltar en tu barra?
Los imprescindibles de mi barra son: cocteleras, picos vertedores de metal, colador de gusanillo, colador fino, mortero, pinzas, pala para hielo, organizador de frutas, destapador, descorchados cuchillo y una buena tabla donde poder hacer la mise en place.
¿Qué trago le recomendarías a alguien que está arrancando en el camino de la coctelería?
El cóctel que le recomendaría a alguien que comienza en el rubro y quiere aprender a crear sus propias mezclas como bartender sería el clásico Cosmopolitan. Es un cóctel a base de vodka citron, licor fino de cáscaras de naranja, jugo de lima y jugo de arándanos. Es ideal para entender el equilibrio y la armonía que debe tener un cóctel entre sus ingredientes, para mí marca una gran base para aprender a crear coctelería exótica o de autor.