Elaboración

A más de 10.000 km de sus orígenes en Francia, una uva roja con reputación de áspera y “difícil” se convirtió en un éxito que colocó a Uruguay en el mapa mundial del vino.

En una tierra de gauchos y parrilladas, la tannat encontró un anfitrión perfecto en el clima templado y húmedo de este país sudamericano y sus habitantes amantes de la carne.

Con más semillas que otras uvas, la tannat tiene un alto contenido de taninos astringentes, una característica dominante que le dio su nombre y durante mucho tiempo se consideró indeseable.

Pero resultó ser la bebida perfecta para acompañar la carne vacuna, símbolo de la gastronomía local.

El vino Tannat “marida muy bien con la carne”, explicó a AFP el enólogo Eduardo Boido, de la bodega Bouza, en Montevideo.

“Comes la carne, tomas un Tannat para limpiar la boca y vuelves a comer...”, dice entre vides recién cosechadas.

De rústica a renombrada

Si bien ahora es la uva nacional de Uruguay, la tannat es originaria del suroeste de Francia.

Fue traída en la década de 1870, cuando Uruguay era un país vitivinícola relativamente nuevo, por el vascofrancés Pascual Harriague.

“Durante mucho tiempo el Tannat era conocido como Harriague y generalmente eran vinos algo rústicos”, dijo Nicolás Cappellini, propietario del bar de vinos Montevideo Wine Experience. En la década de 1980 el enfoque cambió hacia un vino fino.

Hoy el país produce gran variedad de estilos, con diferentes precios, y sus vinos Tannat se encuentran entre los mejores.

“A lo largo de 150 años de elaboración de Tannat, los productores de Uruguay han aprendido a manejar el alto nivel natural de taninos de la uva”, afirma el sitio web Uruguay Wine.

Uruguay “hizo de la difícil variedad del Tannat una campeona”. Casi un tercio del vino Tannat del mundo se produce en el país.

Esto lo sitúa segundo “solo por detrás de Francia”, que produce 45%, dijo Kym Anderson, del Centro de Investigación de Economía del Vino de la Universidad de Adelaide. Le sigue Argentina con 15% y Estados Unidos con 4%.

Viñedos con brisa marina

Los más de 1.200 viñedos de Uruguay, en su mayoría pequeños y de propiedad familiar, se encuentran entre los paralelos 30 y 35 Sur, al igual que los principales productores de Chile, Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia.

A pocos kilómetros del Río de la Plata o del Océano Atlántico, la brisa marina los refresca todo el año. La humedad, señaló Boido, hace que los taninos del Tannat de Uruguay sean “bastante más delicados”.

“Lo que distingue al Tannat uruguayo es su frescura, que se debe al clima”, agrega la Master of Wine Julia Harding, radicada en Londres.

Las exportaciones de vino de Uruguay se ven eclipsadas por las de carne vacuna, leche y soja, pero aún así son una cifra significativa: 4,8 millones de botellas de vino, principalmente tinto, por un valor de 18,5 millones de dólares en 2022, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI).

El Tannat, explica la portavoz Karina Spremolla, fue la “variedad más exportada”.

“Un poco fuerte”

Uruguay contaba con 1.575 hectáreas de viñedos Tannat en 2022, mientras que en Francia había menos 2.733 en 2019, según el sitio web South West Vineyards.

Pero mientras en Francia la tannat representa menos del 1% de la plantación total, en Uruguay es la principal, con un 27%.

“En Uruguay la uva Tannat se utiliza mayoritariamente para la elaboración de vinos monovarietales”, dijo Eduardo Félix, asesor técnico del INAVI.

Cappellini señaló que la mayor parte del vino Tannat es “sin duda” la variedad insignia para los extranjeros deseosos de probarla.

Los uruguayos tienen una percepción del Tannat como un vino “un poco fuerte, rústico”, agrega.

Más allá del gusto, un estudio de 2006 publicado en la revista Nature señaló que el Tannat elaborado tradicionalmente es el vino “más saludable” por sus altos niveles de polifenoles, un compuesto antioxidante que se cree mejora la salud cerebral y protege de las enfermedades cardíacas.

Orgulloso de su emblema, Uruguay incluso dedica un “día” al Tannat cada 14 de abril, fecha de la muerte en 1894 de Harriague.

Mariëtte le Roux para AFP