Elaboración

Estados Unidos, Italia, España, Argentina y Chile se encuentran entre los principales productores de duraznos del mundo.
El durazno está recubierto por una suave pelusa. Según el tipo, la piel y la carne, presentan un tono rojizo, amarillento, anaranjado, rosado o blanco. En su interior encierra un carozo puntiagudo que contiene una almendra. Son bajos en calorías y ricos en betacarotenos, como varios alimentos de color naranja (zanahoria, melón, damascos) y hortalizas de color verde intenso (espinaca, acelga, berro, brócoli). Esta sustancia, se convierte en vitamina A en el organismo, lo cual es necesario para mantener una buena piel y para mejorar la visión, especialmente nocturna. Además, por su acción antioxidante, prevendrían enfermedades de degeneración celular como cataratas, envejecimiento prematuro, ateroesclerosis y cáncer, entre otras.

Lo mejor siempre será consumirlos en temporada, que es muy corta pero también cuando se encuentran en todo su esplendor.

Nota útil
Para desprender la piel sin dañarlos, páselos por agua hirviendo 1-2 minutos y luego, por agua fría.

Presente en el vino
En algunos caldos de la variedad Sauvignon Blanc, como así también la chardonnay, viogner y la pinot blanc, se detectan aromas a durazno.
Estos vinos acompañan muy bien platos a base de pescados, salsas de mariscos, carpaccio, pastas con salsas suaves, y también quesos.

 

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