Elaboración

Calentar en una cacerola profunda el aceite de maíz.

Verter el maíz pisingallo, tapar y agitar constantemente la cacerola.

De esta manera facilitará que comiencen a explotar los granos del cereal y evitará que se quemen los que están en el fondo.

Cuando deje de hacer ruido, apagar el fuego y salar o espolvorear con azúcar.