Elaboración

Pelar las habas y las arvejas. Reservar.

Limpiar los espárragos, quitando el extremo más duro y picando lo demás en 4-5 porciones, dependiendo un poco de cuán finos sean.

Limpiar los alcauciles, quitando la primera parte del tallo y las hojas externas más duras. Colocar en un bowl con agua y jugo de limón para que no se oxiden.

Picar la cebolla en brunoise (finita).

Con ayuda de un papel de cocina, limpiar los hongos (pueden ser champignones o Portobellos) para quitar los restos de tierra y suciedad que pudieran tener. Evitar enjuagarlos bajo el chorro de la canilla, ya que al ser esponjas, absorben agua en su interior y luego se hierven en lugar de saltearse durante la cocción.

En una sartén profunda o wok, freír la panceta con una cucharadita de aceite de oliva.

Incorporar la cebolla picada, los alcauciles, sartenear y cocinar unos minutos para que ablanden los vegetales.

Añadir las habas y las arvejas.

Cortar los espárragos en 3-4 partes, quitando un par de centímetros del extremo más duro.
Retirar, con ayuda de un pelapapas la parte exterior.
Incorporar a la sartén.

Cortar los hongos en rebanadas. Añadir a la cacerola.

Saltear todo y agregar un chorrito de vino blanco o agua si la preparación estuviera demasiado seca.

Servir solo como entrada o sobre un plato de espaguetis al dente.

Prescindan del queso rallado, confíen... no lo necesita. Los sabores de la panceta y los vegetales hacen la magia.