Pista: no lleva dulce de leche
Nació a mediados de los 80 gracias a una uruguaya que viajó a ayudar a sus hijos. Sus herederos mantienen la receta en secreto.
Elaboración
La historia de la gastronomía en Europa y América se escribe sobre las olas del océano Atlántico. En un ir y venir que lleva ya más de quinientos años, ingredientes y saberes han sabido migrar de una a otra orilla del Atlántico, generando una riqueza y variedad casi infinitas.
En ese proceso de sabroso y nutritivo mestizaje, cada país y región desarrolló sus platos y señas de identidad. Nadie discutirá, por ejemplo, la paternidad valenciana de la paella. Sin embargo, en el este de Uruguay surgió una variante que posee características propias.
La cocina uruguaya abunda en ejemplos de ese crisol cultural que la creó. Por ejemplo, con frankfurters alemanes y pizza italiana, bolicheros españoles y criollos crearon en Uruguay una variante inesperada que todavía se ve en algunas vitrinas de bar: la pizza rellena de pancho.
En esa historia de travesías se inscribe el polvito uruguayo, un postre que en épocas relativamente recientes partió de Montevideo hacia las Islas Canarias, y allí se afincó y se convirtió en un clásico.
El arribo de esa delicia al archipiélago español tiene nombre y apellido: se debe a la uruguaya Susana Elisa Lanús Berrutti, quien a mediados de la década de 1980 llegó a Las Palmas de Gran Canaria junto a su marido, Alberto Antonio de los Santos Martínez, para visitar a los hijos de ambos, quienes estaban radicados allí desde 1973 y regenteaban el restaurante El Novillo Precoz.
“Ellos vinieron de vacaciones y aproveché para decirles que se quedaran, que los necesitábamos para dar caché al restaurante, y así fue”, explicaba Alberto, uno de los hijos de Susana, en una entrevista concedida al periódico local La Provincia en el año 2012, en ocasión del fallecimiento de su progenitora.
“Le dije ‘mamá, ¿por qué no me haces un postre para el restaurante, algo original?’”. Ella no recordaba bien la receta, pero se puso manos a la obra, y el resultado fue la delicia que hoy se conoce en las islas como polvito uruguayo. “Cuando lo probé no pude parar, me comí toda la bandeja”, reconocía Alberto, agradeciendo el milagro de que su madre no tuviera muy claros los ingredientes originales de lo quería elaborar, “porque salió algo inesperado y delicioso”.
“La gente me preguntaba qué tenía el postre y yo por supuesto no les daba los ingredientes. Simplemente les especificaba que tenía un polvito blanco, un polvito marrón, una crema especial y nueces, originalmente. Luego cambiamos las nueces por el tema de las alergias y le hemos puesto almendras, pero originalmente llevaba nueces”, narra Alberto en un artículo publicado este miércoles en el medio canario Atlántico Hoy.
“Un día un cliente dijo ‘bueno, si esto se hace con un polvito blanco y un polvito marrón y ustedes son uruguayos … ¡Esto es un polvito uruguayo!’. Y ahí quedó. Todo el mundo dejó de pedirlo por El Novillo, que es como figura en la carta, sino por el nombre de polvito uruguayo”, refiere el empresario.
Actualmente el polvito uruguayo es muy popular en Canarias y son varios los restaurantes que lo elaboran, con recetas que presentan variantes. La original sigue atesorada bajo siete llaves por los herederos de Susana.
“Un día estaba leyendo la carta de un restaurante y vi ‘polvito uruguayo postre típico canario’, y no está desencaminado, porque independientemente de que este postre ha nacido en base a algo que había en Uruguay, realmente fue inventado aquí, en la Isla, con ingredientes canarios. De cierta forma es un postre canario porque fue inventado aquí en Gran Canaria”, entiende Alberto.
El heredero de la receta recuerda que su madre estuvo a punto de patentar el plato, pero finalmente decidió no hacerlo, ya que para ello debía revelar el secreto. “Alguien le comentó a mi madre que podía patentarlo y ella dijo que sí. Él le explicó que tenía que presentar los ingredientes y la receta. En ese momento mi madre dijo un no rotundo, así que no lo registró”, cuenta Alberto, quien tiene opiniones divididas sobre el uso que la competencia hace del platillo.
“Me gusta porque se asocia al Novillo Precoz, pero no me gusta porque se hace cualquier cosa, porque el nombre solo ya vende”, comenta.
En cuanto a la composición del postre, Alberto continúa guardando con celo el secreto de su madre. Por ello, cuando se le pregunta al respecto, se limita a dar un solo indicio: “el polvito uruguayo de verdad lleva seis ingredientes y ninguno de ellos es el dulce de leche”.
Ingredientes
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Nació a mediados de los 80 gracias a una uruguaya que viajó a ayudar a sus hijos. Sus herederos mantienen la receta en secreto.