La comida en el Mundial de Catar 2022: internacional, diversa y para todos los paladares
Desde arroz con pollo en restaurantes tradicionales a banquetes interminables con manjares de todo el mundo: para todos los gustos.
Catar presenta una oferta gastronómica muy amplia para los aficionados llegados desde todo el mundo y con distintos paladares que participan de la Copa del Mundo. Mientras algunos se inclinan por los sabores fuertes de Oriente Medio, otros por la gastronomía india de los trabajadores migrantes. Además, los más conservadores se refugian en las cadenas internacionales.
En hoteles y en centros comerciales, en los estadios y en los Fan Festivals, en las calles, los mercados y hasta en supermercados, los aficionados que llegaron a Catar para el Mundial de 2022 no han parado de consumir.
A diferencia de los elevados costos de entradas, vuelos y hospedaje, la gastronomía en el país del Golfo ofrece alternativas para aquellos con mayor o menor presupuesto.
Desde un arroz biryani indio con pollo por 2 euros en un minúsculo y modesto rincón de una callejuela de Doha a banquetes interminables con manjares de todo el mundo por cientos de euros en los hoteles y restaurantes más lujosos, los hinchas han probado de todo.
“Comida india, tailandesa, iraquí, turca, no hemos parado”, contó a EFE Ariel Dean, llegado desde Argentina y muy satisfecho con la oferta gastronómica de este Mundial.
Para Dean, la elección de dónde comer, explicó, parte de las circunstancias de cada día y de dónde duerme esa noche. Los primeros días se hospedó junto a unos amigos en una zona más alejada del centro de la ciudad, donde encontró “un circuito gastronómico muy local, sin mucho turismo y donde se podía comer muy bien y muy barato”.
Los días de partido, sin embargo, volvían a su hospedaje en horas de la madrugada y terminaban comiendo en cadenas internacionales de comida rápida.
Uno de los lugares más visitados por la mayoría de los consultados es el Souq Waqif, un mercado en el corazón de Doha que ofrece algunos de los sabores más auténticos, tanto de Catar como de la región, incluyendo restaurantes yemeníes, sirios, libaneses, turcos y palestinos, entre otros. Muchos acuden también a este zoco en busca de las especias que más les han llamado la atención de la gastronomía local con el fin de replicar esos sabores en sus hogares.
Entre sus callejuelas aparecen también cocinas improvisadas en pequeños comercios de productos indios, pakistaníes o bangladesíes, a los que muchos trabajadores migrantes realizan visitas rápidas para comer por dos o tres euros.
“Aquí hay que probar algo típico, pero mi estómago no se acostumbra y termino yendo a centros comerciales en busca de cadenas estadounidenses o internacionales, sobre todo de carne o pasta”, relató Rodolfo Ocampo, que admitió extrañar la comida de su México natal.
Como él, son miles y miles los aficionados que acuden cada día a los enormes shoppings que inundan las calles de Doha y que son también muy frecuentados por la población local. Estos cuentan con patios de comida con sabores de todo el mundo y precios relativamente accesibles, y tienen un valor agregado que la mayoría de los restaurantes del Souk no tiene: aire acondicionado.
En los estadios las opciones son más reducidas y un poco más caras. Lo que más se vende es, por lejos, el shawarma de pollo. Cuesta ocho euros, por lo general sale caliente y es bastante abundante. Le siguen unas hamburguesas con queso bien condimentadas y frankfurts, obviamente sin cerdo por tratarse de un país musulmán.
Para quienes se pueden permitir precios de más de mil euros por entrada, los ocho estadios del Mundial presentan también una sección VIP llamada Hospitality en la que se puede probar sushi fresco, comida tradicional, distintos cortes de carne y una amplia variedad de postres, todo acompañado por la bebida que escojan, incluyendo bebidas alcohólicas.
Por último, una opción muy frecuentada, sobre todo por los hinchas de menor presupuesto, son los supermercados. La mayoría de ellos cuenta con bastantes opciones de comida preparada, que va desde ensaladas y bocadillos hasta platos de pollo o carne acompañados con arroz. Estas comidas oscilan entre los 5 y los 10 euros y han sido para muchos una salvación, no solo por los precios sino también por presentar una alternativa conocida, tanto para el paladar como para el estómago.
EFE